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Hilma af Klint: Mundos posibles

Hilma af Klint: Mundos posibles

Cuán admirable es que esta pintora sueca haya entrado en contacto con un campo magnético superior, un campo puro y elevado.

Texto: LOGON Autorengruppe Brasiliens Imagen: Hilma af Klint: Altarpiece

Exposición en la Pinacoteca de Sao Paulo, Brasil, del 3 de marzo al 16 de julio de 2018.

La Pinacoteca de Sao Paulo exhibe, por primera vez en América Latina, una muestra individual de la pintora sueca Hilma af Klint (1862-1944). Su trabajo ha sido reconocido, en el ámbito cultural, como pionero en el campo del arte abstracto; sin embargo, no se ha conocido durante gran parte del siglo XX.

En 1907, año en que Hilma af Klint trabajaba en la serie “Pinturas para el Templo” (que consta de 193 obras clasificadas, realizadas entre 1906 y 1915),

Picasso pintó “Las señoritas de la calle de Aviynó”, Gustav Klimt, “El beso” y Frida Kahlo,”Ciudad de México”. Poco después aparecieron artistas Como Kandinsky, Munch y Mondrian, artistas que marcaron la historia del arte, excepto Hilma af Klint, que no participó en esta historia, ya que su trabajo abstracto se reveló veinte años después de su muerte, a petición suya. Aun así, solo en 1986 algunas personas pudieron apreciar su trabajo por primera vez en la exposición “Lo espiritual en el Arte: Pinturas Abstractas 1890-1985”en la exposición LACMA (Museo de Arte del Condado de Los Ángeles).

Su trabajo explora el camino hacia un plano superior. Hilma af Klint sabía que el público aún no estaría listo para recibir su trabajo, que todavía no se comprende del todo. Hilma propone un viaje de autoconocimiento que nos concierne a todos. Gradualmente, la humanidad se está abriendo a ello. Debido a los impulsos de la Era de Acuario, las personas son más receptivas a las nuevas ideas. Sin embargo, las ideas registradas por Hilma no son nuevas, siempre han existido y continúan existiendo.

Hilma af Klint no solo era una artista, sino una persona en busca de desarrollo espiritual. Al principio, ella no era más que un instrumento para el registro de lo inmaterial en lo material, de lo invisible en lo visible. Según Johan af Klint, sobrino de la artista, heredero de su trabajo y presidente de la Fundación Hilma af Klint, “su trabajo es una representación física del mundo espiritual”.

Más tarde, ella revela el desarrollo de su propia conciencia.

Dos personas del grupo de autores de LOGON visitaron la exposición y aquí tenemos nuestra impresión:

Cuando contemplamos el trabajo de Hilma af Klint, percibimos su grandeza y que allí hay algo que no se puede poner en palabras. A veces se expresa a través de formas geométricas, otras a través de formas orgánicas. En este sentido, su trabajo es abstracto porque nos toca de una manera casi imposible de solo ser comprendida por la mente concreta. Es necesario experimentarlo, vivenciarlo a través de nuestro estado de ser y permitirle penetrar en nuestro ser interior, en el corazón, para que haga vibrar algo que resuena y entre en sintonía con la vibración. El trabajo de Hilma af Klint no es para el intelecto, para la interpretación, es posible sentirlo tan pronto como nos ponemos en contacto con sus lienzos, particularmente aquellos que fueron pintados especialmente para el templo. ¿Para qué templo pintó Hilma? La respuesta al buscador de la verdad es: Hilma no pintó para un templo; ella muestra el camino para construir un templo interior.

Sus lienzos consiguen hacer reverberar todo lo que percibimos con nuestros ojos dentro de nosotros mismos, ¡es reconocimiento! Éste es el camino espiritual recorrido por ella, que existe, que está ahí, y que cualquier persona que lo busque verdaderamente puede encontrarlo. Es un regalo para el presente, porque ahora está siendo mostrando a la humanidad con su conciencia actual, en el momento cósmico actual, que tiene la apertura para aceptarlo y la inquietud interna, la sed del buscador, la insatisfacción con el estado actual de las cosas. Nos damos cuenta de lo magnéticos que son sus cuadros y de cómo los visitantes de la exposición se sienten completamente conmovidos por lo expuesto, muchos de ellos menores de 10 años. ¿Hay alguna prueba mejor que ésta para mostrar lo íntimo que es para todos su arte?

Influida por movimientos espirituales como la Rosa-Cruz, la Teosofía y más tarde la Antroposofía, Hilma Af Klint registró dimensiones que van más allá de la comprensión de los sentidos. Representó científicamente y organizó en innumerables registros escritos las energías invisibles del mundo. Vale la pena observar que, en su tiempo, surgió el interés por lo invisible, con descubrimientos científicos como los rayos X y las ondas electromagnéticas.

Podemos notar cómo la separación realmente no existe y todo está interconectado, pero se revela a cada uno de manera diferente. Así, Hilma af Klint descubrió estas mismas cosas artísticamente. En el campo de lo oculto, las sesiones de Espiritismo ganaron importancia. Hilma hizo sus experiencias de espiritismo con el Círculo de los Cinco, un grupo compuesto por ella y otros cuatro amigos, realizando registros automáticos durante las sesiones y conectándose con espíritus elevados.

No obstante, es notable que la pintora sueca hay entrado en contacto con un campo magnético superior, un campo puro y elevado, del que habló con Rudolf Steiner. Un campo que no pertenece al mundo dialéctico (el mundo de los opuestos, luz y oscuridad, bien y mal): el campo del Espíritu.

Hilma af Klint se ganó la vida como pintora de retratos y paisajes, fue muy minuciosa y en sus obras espirituales sobre la botánica, realizó numerosos registros de la organización de los átomos y los campos magnéticos; así como de la Geometría Sagrada.

En el libro Geometría Sagrada: Fundamentos naturales, científicos y pitagóricos (Jesús Zaton), leemos: “La Geometría Sagrada no se limita a medidas simples, sino que busca explorar los patrones energéticos a través de los cuales todas las formas se crearon a partir de la Unidad o el Todo metafísico: desde el desarrollo de un embrión, a los patrones que siguen la formación y ritmos de los planetas, galaxias, las manchas y líneas en la piel animal, o la manera en que se estructuran las moléculas de ADN, desde pequeñas a grandes, todo está regido por la Geometría Sagrada”.

Sus obras recorren todo el camino de la Génesis, desde el Caos hasta el principio, la Palabra. “Los diez más grandes” cuenta la historia del desarrollo de la conciencia (en espirales), las etapas del ser humano desde la infancia hasta la vejez. Las “Pinturas de los templos” culminan con la Serie de Retablos, que es el propio camino espiritual de Klint, el proceso alquímico que transmuta el plomo en oro. Otra serie hermosa es “El árbol de la sabiduría”, en el número 1, Hilma coloca el corazón (el centro del ser humano) en la base del tronco del árbol. El corazón es la puerta de entrada a las otras dimensiones que conducen al cáliz del Santo Grial, que irradia (12 rayos). La separación es mayor cuanto más lejos de la copa, el Espíritu. Esto es retratado por las palomas blanca y negra. En la dimensión superior, las palomas se unifican. El Uno, lo indivisible, lo eterno.

Este camino de autoconocimiento, recorrido por Hilma af Klint, es su arte: un arte capaz de transformar la vida espiritual de aquellos que entran en contacto con él. Una vida que fluye de su corazón, que quiere ofrecerles la eternidad, que no es una imagen, sino una fuerza, un evento infinito, sin comienzo ni fin, ahora, en el presente.

Fuente: https://www.logon.media/es