solsticio de Invierno
Artículos

Textos Herméticos

Textos Herméticos

“No había entonces lo que es ni lo que no es.
No había cielo, ni firmamento más allá del cielo.
¿Qué poder existía? ¿Dónde? ¿Quién era ese poder?
¿Había un abismo de aguas insondables?
No había muerte ni inmortalidad entonces.
No había señales del día o de la noche.
El Uno respiraba por su propio poder, en profunda paz.
Sólo el Uno era; no había nada más allá.
La oscuridad se ocultaba en la oscuridad. El todo era fluido e informe.
Allí, en el vacío, por el fuego del fervor surgió el Uno.
Y en el Uno surgió el amor.
El amor fue la primera semilla del alma.
La verdad de esto la hallaron los sabios en sus corazones;
buscando en sus corazones con sabiduría,
los sabios hallaron ese punto de unión entre el ser y el no ser.
¿Quién conoce la verdad?
¿Quién puede decirnos de dónde y cómo surgió este universo?
Los dioses son posteriores a su comienzo.
¿Quién conoce, pues, de dónde viene esta creación?

Fuente: Hermetismo Gnóstico – Rosacruz áurea