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El Nirvana de Buda y el Cristianismo Gnóstico – Parte 2

El Nirvana de Buda y el Cristianismo Gnóstico – Parte 2

Iluminación y Salvación

Text: Jutta Valent, País: Alemania, Image: MP

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Bodhi, la “iluminación”, es lo que Sidhartta Gautama experimentó bajo la higuera en Uruvela, India (cerca a lo que hoy se denomina Gaya). Ni la lectura de las escrituras brahmánicas ni el estricto ascetismo lo habían llevado a ello, sin embargo su anhelo de salvación era tan fuerte que no dejó de esforzarse. El gnóstico es inflamado por el mismo anhelo de unificación con el amor que todo lo abarca. En este sentido, él es uno con el místico. El Budismo tardío habla de la naturaleza de Buda, del estado de nirvana, la unión perfecta con el Uno, o como diría el gnóstico, la unión del fénix renacido de las cenizas con el alma-espíritu, el fuego eterno del espíritu. El gnóstico también sabe que el despertar o la iluminación es el resultado del proceso de salvación. Es un quebrantamiento espiritual que nos libera de la camisa de fuerza de los patrones; es resurgir de las cenizas de la dialéctica. Pero la duda debe ser una compañera constante. “¡Examínalo todo, retén lo bueno!” es uno de los principios nucleares de la filosofía universal, principio que también se promueve de forma explícita en el camino budista.

Todos los lazos kármicos se disuelven durante este proceso. Éste es también el objetivo más importante del Budismo. Cuando ya no se genera karma, las acciones no dejan huella en el mundo. El Saṃsara, o hablando gnósticamente, el “mundo de la dialéctica”, las dualidades que trabajan unas contra otras, son la causa del giro constante de la rueda. Nacimiento, crecimiento y muerte se suceden ininterrumpidamente. No queda nada, nada persiste, todo es transitorio.Todos los seres están atrapados en este ciclo y atados al karma a través de sus acciones, pensamientos, emociones y deseos. Es importante reconocer y superar todo esto.

Siempre existe la práctica del orientarse al camino, tanto para el budista como para el iniciado gnóstico: estar en el aquí y ahora, percibir todo como realmente es, clara y conscientemente, es decir, las situaciones en las que se encuentra en este momento, así como la gente con la que se interactúa y no juzgarlas. Así se obtiene conocimiento, un conocimiento que ya no es intelectual sino superior, el cual pertenece al campo de la sabiduría y de la verdad y se origina en el corazón, en la “Rosa”, en la luz de Cristo, en la naturaleza de Buda. Este “pensar con el corazón” como lo expresa el Gnóstico, ocurre gradualmente a través de un cambio de la personalidad en el proceso de la “transfiguración”[i]. Ésta, primero forma un nuevo “vehículo” del alma y entonces todo el sistema físico del hombre es transmutado. Dicha transformación es representada en el sutra budistaSobre el fruto del ascetismo: por voluntad de su corazón (renovado) el hombre forma su nuevo cuerpo inmortal y emerge “como una espada de su vaina”[ii].

“¡Vive en el fuego llameante como en una fiesta cotidiana!” Ésta es la llamada de la Gnosis a los buscadores. La Verdad está solo en el Ahora. Solo en el “presente llameante” está el Uno santo, el que cura por sí solo. El pasado y el futuro son sombras sin vida, construidas por el pensamiento del ego, como el ego mismo.

Amorosa y profunda misericordia y compasión verdadera son frutos que se alimentan de la fuente primordial. Tanto un bodhisattva del budismo Mahayana como un gnóstico pueden realmente servir al prójimo de la manera correcta. Ambos caminos le recuerdan la misión interna que se encuentra en cada ser humano como núcleo; es la llamada a regresar al hogar, a la verdadera patria original. Cuando Cristo, la “Rosa” comienza a brillar en el Ser interior, el proceso de liberación se pone en movimiento. Se inicia el camino.

 

[i]Catharose de Petri, cofundadora de la escuela espiritual describe la transfiguración como “un método gnóstico que permite la realización de la endura. La endura consiste en sustituir totalmente al hombre mortal individualizado, que es el producto de la naturaleza, por el Hombre-Espíritu primordial según el plan de divino de la creación”.Catharose de Petri: Transfiguración, cap. I, pág. 5, Fundación Rosacruz, 1981.

[ii]Karl Eugen Neumann: Die innere Verwandtschaft budhistischer und christlicher Lehren. Zwei buddhistische Suttas undeinTraktatMeister Eckharts, Leipzig 189. (La relación interna de las enseñanzas budistas y cristianas. Dos sutras budistas y un tratado, del Maestro Eckhart)

Fuente: https://www.logon.media/es